Seminario Conciliar de Ciudad Juárez

Estimados formadores, seminaristas, familiares, colaboradores y amigos de nuestro Seminario, damos gracias a Dios por el regalo de esta casa de formación sacerdotal para la Iglesia de Ciudad Juárez y para toda la comunidad.

¿Qué es el Seminario? Me permito citar unas palabras de la exhortación apostólica Pastores Dabo Vobis, 42:"Vivir en el Seminario, escuela del Evangelio, es vivir en el seguimiento de Cristo como los apóstoles; es dejarse educar por Él para el servicio del Padre y de los hombres bajo la conducción del Espíritu Santo.

Más aun, es dejarse configurar con Cristo, buen Pastor, para un mejor servicio sacerdotal en la Iglesia y en el mundo.En palabras de nuestro primer obispo y fundador del Seminario, Don Manuel Talamás Camandari:

"Que el Seminario sea palestra donde se ejercite la pacifica milicia de Cristo; para que se tenga como verdadero cenáculo … morada de paz, casa de estudio, taller de virtud y corazón de la diócesis.. "

Esta es nuestra misión, por la cual trabajamos con dedicación y alegría todos los que formamos esta gran familia, desde su fundación hace 52 años. Les presentamos este directorio, que contiene la información básica de quienes vivimos en esta casa. Encontraran las principales fechas, actividades, festejos y momentos formativos que marcan el ritmo de nuestro Seminario. Mas allá de fechas y eventos programados, nuestro deseo es ofrecer a Dios nuestro humilde trabajo y descubrir cada día el paso de su presencia amorosa que nos acompaña.

Ordinariamente nos referimos al seminario pensando en los edificios donde viven y se forman los seminaristas, lo cual no es del cierto. El seminario, es principalmente una comunidad de discípulos que busca llenarse del Espíritu de Jesucristo, para poder decir con san Pablo: “Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí”(Gal. 2, 19-20). El reto es llegar a poseer el Espíritu del Buen Pastor y no solamente asumir una estructura y unas habilidades. Se trata de todo un proceso que conduce a una plena identificación y asimilación con Cristo, encarnado, muerto y resucitado, de quien depende toda la gracia sacerdotal: “Yo soy la vid; ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no pueden hacer nada”(Jn 15, 5)(NBFSM 49).