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En segundo lugar pareciera decir que haremos bien en estar atentos a la palabra profética hasta que el lucero de la mañana salga en nuestros corazones, o sea que, cuando el lucero de la mañana salga en nuestros corazones podremos prescindir de estar atentos.

“Tenemos aún como más segura (que la voz del cielo que escuchamos afirmando que Jesús era el Mesías cuando estábamos en el Monte santo [vs. 18]) la palabra profética, a la cual hacéis bien en estar atentos (como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día amanezca y el lucero de la mañana salga) en vuestros corazones”

Está diciendo que hasta tanto Jesús vuelva, necesitamos y haremos bien en hacer foco en la palabra profética. El testimonio presencial de ellos murió con ellos, pero la Palabra profética vive y permanece para siempre. Jesús es el lucero de la mañana (llamado así justamente por ser la estrella del comienzo del día, Venus, la primera en aparecer en la noche y la última en verse al amanecer), aquél que marcará con su venida el comienzo del nuevo tiempo diseñado por Dios para la redención final de sus escogidos. Necesitamos estar atentos “en nuestros corazones”, Jesús no saldrá en nuestros corazones, es la palabra profética la que debe vivir allí. Hasta tanto Jesús vuelva, la palabra profética es nuestra antorcha que nos mantiene en el camino correcto en la oscura cultura que nos rodea.

Es más que simplemente leer la Biblia. En palabras del Dr. Bullinger: “No solamente debemos recibir la Verdad de Dios porque sea la Verdad, sino que debemos recibirla en el orden de importancia que Dios la ha revelado y otorgado, en la proporción de importancia que Dios le ha dado, y con el énfasis que Dios ha puesto sobre ella”. La verdad fuera de proporción pasa a ser un error en vez de verdad. Es una cuestión de énfasis, no de conceptos.

Por ejemplo la Biblia habla acerca de que Dios quiere que seamos prosperados (3 Juan 2, 2 Corintios 9:8, Deuteronomio 28:13), pero hacer una Iglesia fundada sobre este concepto con un énfasis exagerado en este verdad, pasa a ser un error que genera cristianos exitistas y materialistas.

La segunda venida de Jesús se cita en la Escritura alrededor de 1850 veces, más de 300 de ellas en el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento hay 260 capítulos en total, se alude al retorno de Cristo más de vez por capítulo. Se lo señala mucho en los libros proféticos del Antiguo Testamento, y en especial en Apocalipsis. Por cada profecía de su primera venida hay ocho de su segunda venida. Las últimas palabras de Jesús registradas en la Biblia son: “Ciertamente vengo en breve”.

Aproximadamente un quinto de la Biblia, o un poco más, es profecía referida al futuro; mucho ya se cumplió, pero era futuro cuando se escribió. Siempre el futuro se relaciona con las promesas concernientes al Mesías

La esencia de la fragancia bíblica, es el testimonio de Jesús, todo lo concerniente a su obra, su venida, su muerte, su resurrección, el alcance para toda la humanidad de su redención, y especialmente su segunda venida cuando restaurará en un proceso detallado, todas las cosas según el diseño original de Dios.

Jesús les acaba de decir que se iba a ir y no lo podrían seguir y que se amen unos a otros como él los ha amado. Pedro queda regulando con la afirmación de que se va y con total sinceridad, convencido de lo que dice, afirma que su vida pondrá por Jesús… pero Jesús no compra historias. Así es el estilo del Hijo de Dios, no sólo sinceridad, sino además gestión de la realidad.

Podría hacerle dicho “¡Gracias Pedro! ¡Qué corazón maravilloso tienes!” y haberle comprado un osito de peluche con un corazón que diga “love”, pero en cambio le dice: "No Pedro, no pondrás tu vida por mí, me negarás y lo harás rápida y repetidamente”.

Lo que menos necesita Pedro, es que Jesús le compre la historia que él mismo se está contando. De hecho el haber negado a Jesús lo saca del juego de tal forma que Jesús debe intervenir luego de su resurrección directamente para volverlo al propósito para el que había sido llamado por Jesús. Pedro necesita gestionar la realidad, no contarse historias heroicas.

Lo mismo pasa con nosotros. En mi experiencia observo que los cristianos a veces tienen una visión algo distorsionada del amor. Aplican el amor comprando historias que no hacen otra cosa que lastimar a la gente que se auto-engaña. Las personas necesitamos no sólo ser sinceras sino además verdaderas. Necesitamos aprender a gestionar la realidad de nuestras debilidades, enfermedades, inmadureces, tropiezos… humanidades, para desde la aceptación poder gestionar la realidad para superarlas. Al fin y al cabo, Pedro se levantó y llegó a ser uno de los más grandes apóstoles que el mundo conoció.

Yo no veo que durante la vida de Jesús estuviera “todo bien”, tampoco veo que durante el primer siglo la Iglesia se moviera en un contexto de paz y armonía, en realidad veo todo lo contrario. Veo a Jesús en medio de una lucha de poder de una malignidad sin precedentes, veo una Iglesia que no hacía otra cosa que provocar disturbios a su alrededor. Veo a Jesús y a Su Iglesia gestionando la batalla que presenta el “status quo” cada vez que lo verdadero y lo santo se presenta, no mirando para otro lado y negando la realidad.

La gran posibilidad del mundo está en escuchar a una Iglesia verdadera, valiente, comprometida, que a pesar de estar “en medio de una generación perversa y depravada” resplandezca como las estrellas en medio de la noche, no comprando historias sinceras para evitar conflictos, sino con la firmeza amorosa que nos enseñó el Señor. ... Ver másVer menos

Jesús llega a un momento de su vida donde debe pedirle al Padre, y le dice a sus discípulos, ¿Qué les parece que necesito decir?: ¿Padre, sálvame de esta hora? ¡No! ¡Necesito pedirle que su nombre sea glorificado!

La actitud de Jesús es una manera de vivir, una forma de encarar las situaciones de la vida, incluso de observar la adversidad. En su caso puntual, si él se hubiera enfocado aisladamente en él mismo hubiera pedido liberación de su demandante situación (iba a ser entregado y crucificado). Pero su liberación significaría nuestro ostracismo. Él sería nuestro sustituto en la cruz para liberarnos de nuestros pecados y cargas espirituales. En esta obra de amor de Jesús que significaría nuestra liberación el Padre sería glorificado.

¿Y qué hay de nosotros? Necesitamos esa actitud. Necesitamos ver el cuadro completo al pedir. A veces pedimos cosas para nosotros que terminan alejándonos de Dios, pedimos “salvación” en lugar de que sea glorificado el nombre de Dios. Sabemos que Dios no desea el sufrimiento en nuestras vidas, el caso de Jesús era diferente en el sentido de que él necesitaba entregar su vida física por nosotros, no es nuestro caso, pero si, debemos estar atentos a nuestros pedidos aislados y egoístas que no miran el cuadro completo.

Lo importante no es que se haga lo que YO quiero, lo que YO necesito, lo que YO pienso que es mejor. Lo importante es que DIOS sea glorificado, y cuando Dios es glorificado el beneficio se extiende en superficie y tiempo. Los más son bendecidos y las bendiciones son durables y eternas.