Iglesia Bautista Peniel

Iglesia bautista

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Avenida Belice 428, Francisco J. Mujica, Chetumal, Q.R., México
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Descripción


“Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer” 1 Corintios 1:10.

Creemos en un Dios, quien es Creador de todo, que se ha revelado en tres Personas distintas –Padre, Hijo, y Espíritu Santo, aunque es uno en presencia, esencia, y gloria. Dios es eterno, infinito, y soberano. Dios es omnisciente, omnipresente, omnipotente, e inmutable. Dios es santo, justo y recto. Dios es amor, compasivo, misericordioso, y bondadoso. Deuteronomio 6:4; Colosenses 1:16; 2 Corintios 13:14; Juan 10:30; Salmos 90:2; 1 Timoteo 1:17; Salmos 93:1; Salmos 139:1-6; Salmos 139:7-13; Apocalipsis 19:6; Malaquías 3:6; Isaías 6:3; Deuteronomio 32:4; Éxodo 9:27; 1 Juan 4:8; Efesios 2:8.

Creemos en la deidad del Señor Jesucristo. Él es Dios encarnado, Dios en forma humana, la imagen misma del Padre, quien sin dejar de ser Dios, se hizo hombre para poder revelar a Dios y proporcionar los medios de la salvación para la humanidad.

Creemos que Jesucristo fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María; que Él es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre; que vivió una vida perfecta y sin pecado; y que todas Sus enseñanzas son verdaderas.

Creemos que el Señor Jesucristo murió en la cruz por toda la humanidad como un sacrificio sustitutivo. Sostenemos que Su muerte es suficiente para proveer la salvación para todos los que le reciben como Salvador; que nuestra justificación está fundamentada en el derramamiento de Su sangre; y que está atestiguada por Su resurrección literal y física de entre los muertos. Creemos que el Señor Jesucristo ascendió al cielo en Su cuerpo glorificado y que ahora está sentado a la diestra de Dios como nuestro Sumo Sacerdote y Abogado. Mateo 1:21; Juan 1:18; Colosenses 1:15; Isaías 14; Mateo 1:23; 1 Juan 2:2; Isaías 53:5-6; Juan 1:12; Hechos 16:31; Romanos 5:9; Efesios 1:17; Mateo 28:6; 1 Pedro 1:3; Hechos 1:9-10; Romanos 8:34.

Creemos en la deidad y personalidad del Espíritu Santo. Él regenera a los pecadores y mora en los creyentes. Él es el agente mediante el cual Cristo bautiza a todos los creyentes en Su cuerpo. Él es el sello mediante el cual, el Padre garantiza la salvación de los creyentes hasta el día de la redención. Él es el Divino Maestro que ilumina el corazón y la mente de los creyentes mientras estudian la Palabra de Dios. Creemos que el Espíritu Santo es finalmente soberano en la distribución de los dones espirituales. Hechos 5:3-4; Tito 3:5; Romanos 8:9; 1 Corintios 12:12-14; Efesios 1:13-14; 1 Corintios 2:9-12; 1 Corintios 12:11; 1 Corintios 12:4-11; Efesios 2:20; Efesios 4:7-12.

Creemos que las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamentos son la Palabra de Dios inspirada, infalible, y autoritaria. Por fe, sostenemos que la Biblia es inerrante en sus escritos originales, inspirada por Dios, y la completa y final autoridad de la fe y la práctica. Aunque utilizó los estilos literarios individuales de los autores humanos, el Espíritu Santo los supervisó perfectamente para asegurarse de que escribieran precisamente lo que Él quería que escribieran, sin error u omisión. Mateo 5:18; 2 Timoteo 3:16-17; 2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:21.

Creemos que la humanidad llegó a existir por la creación directa de Dios y que la humanidad es únicamente hecha a la imagen y semejanza de Dios. Creemos que toda la humanidad, por la caída de Adán, ha heredado una naturaleza pecaminosa, que todos los seres humanos escogen pecar, y que todo pecado es sumamente ofensivo a Dios. La humanidad es totalmente incapaz de remediar su estado caído. Génesis 1:26-27; Romanos 3:23; Romanos 6:23; Efesios 2:1-5,12.

La salvación es un regalo de la gracia de Dios a través de la fe en la obra terminada de Jesucristo en la cruz. La muerte de Cristo logró completamente la justificación por la fe, y la redención del pecado. Cristo murió en nuestro lugar y llevó nuestros pecados en Su cuerpo.

Creemos que la salvación es recibida por gracia solamente, por medio de la fe solamente, y en Cristo solamente. Las buenas obras y la obediencia son los resultados de la salvación, no requisitos para la salvación. Debido a la grandeza, la suficiencia, y la perfección del sacrificio de Cristo, todos aquellos que verdaderamente han recibido a Cristo como Salvador están eternamente seguros en la salvación, guardados por el poder de Dios, seguros y sellados en Cristo para siempre. Tal como la salvación no puede ser ganada por buenas obras, tampoco necesita las buenas obras para ser mantenida o sustentada. Buenas obras y vidas transformadas son los resultados inevitables de la salvación. Efesios 2:8-9; Romanos 5:8-9; 1 Pedro 2:24; Juan 6:37-40; Juan 10:27-30; Romanos 8:1, 38-39; Efesios 1:13-14; 1 Pedro 1:5; Judas 1:24; Santiago 2.

Creemos que la iglesia, el cuerpo de Cristo, es un organismo espiritual compuesto de todos los creyentes. Creemos en las ordenanzas del bautismo de los creyentes en agua por inmersión como un testimonio a Cristo y una identificación con Él, y en la cena del Señor como un recordatorio de la muerte de Cristo y el derramamiento de Su sangre. A través de la iglesia, los creyentes deben ser enseñados a obedecer al Señor, testificar concerniente su fe en Cristo como Salvador, y honrarlo por una vida santa. Creemos en la Gran Comisión como la misión principal de la iglesia. Es la obligación de todos los creyentes testificar, por palabra y vida, las verdades de la Palabra de Dios. El evangelio de la gracia de Dios debe ser predicado a todo el mundo. 1 Corintios 12:12-14; 2 Corintios 11:2; Efesios 1:22-23; 5:25-27; Mateo 28:19-20; Hechos 2:41-42; 1 Corintios 11:23-26; Mateo 28:19-20; Hechos 1:8; 2 Corintios 5:19-20.

Creemos en la segunda venida personal e inminente de Jesucristo para arrebatar a Sus santos. Creemos en el regreso visible y corporal de Cristo a la tierra con Sus santos para establecer Su prometido reino milenario. Creemos en la resurrección física de todos los hombres –los santos para el eterno gozo y felicidad en la nueva tierra y los impíos para el tormento eterno del lago de fuego. Creemos que las almas de los redimidos, al morir, están ausentes del cuerpo y presentes al Señor, donde aguardan su resurrección, cuando el espíritu, el alma y el cuerpo sean reunidos para ser glorificados para siempre con el Señor. Creemos que las almas de los incrédulos, se presentarán delante del juicio del Gran Trono Blanco, y serán echados al lago de fuego para sufrir eternamente. Tito 2:13; 1 Tesalonicenses 4:13-18; Zacarías 14:4-11; 1 Tesalonicenses 1:10; Apocalipsis 3:10; 19:11-16; Mateo 25:46; Juan 5:28-29; Apocalipsis 20:5-6; Lucas 23:43; 2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23; 1 Tesalonicenses 4:16-17; Mateo 25:41-46; Marcos 9:43-48; Lucas 16:19-26; 2 Tesalonicenses 1:7-9.

Las personas fueron creadas para existir por siempre, existimos separados de Dios por el pecado o unidos eternamente con Dios por su perdón y salvación. La separación eterna de Dios, es el infierno. El vivir en unión eterna con Él, es la vida eterna. El cielo y el infierno son lugares reales para una existencia eterna. Porque Dios, nos da vida eterna a través de Cristo Jesús, el creyente está seguro en esa salvación por la eternidad. La salvación, no se puede perder. La salvación, se obtiene y mantiene por gracia y poder de Dios. Juan 10:29; 1 Timoteo1:12; Hebreos 7:25; Hebreos 10:10-14; 1 Pedro 1:3-5; Juan 3:16; Juan 2:25; Juan 5:11-13; Romanos 6:23; Apocalipsis 20:15; Mateo 1:8.