Caftánrojo Colegio de las Artes

El sábado 17 de junio a las seis de la tarde se inauguró la exposición “Tres cuartos de siglo”, óleos del pintor sonorense Jorge Figueroa Acosta, en el pabellón Rosa Luxemburgo de Caftánrojo Colegio de las Artes, en Coatepec.

Hace setenta y cinco años, un día de abril, nació Jorge Figueroa en Cananea, Sonora; suena poético decir que su madre era mayo, dado que él nació en abril, y es cierto, su madre era del pueblo Mayo o Yoreme y su padre del pueblo Yaqui o Yoéme. Su temprana pasión por el arte le permitió librarse de las profundidades de las minas de cobre.

En la Academia de San Carlos fue alumno de algunos de los personajes más destacados de la historia reciente del arte mexicano: Manuel Herrera Cartaya, Adolfo Mexiac, Santos Balmori, Celia Calderón de la Barca, Manuel Silva Guerrero, Luis Nishizawa, Nicolás Moreno, Antonio Rodríguez Luna, Gustavo Montoya e Ignacio Asúnsolo; además asistió con frecuencia al taller de Gilberto Aceves Navarro y fue ayudante de David Alfaro Siqueiros en los murales del Poliforum.

Aunque el declara no tener estilo, se le ubica dentro de la corriente neofigurativa de la segunda mitad del siglo XX. Pintor de caballete, muralista, escultor y docente, ha pasado su vida entre el aula y el taller,  ajeno a los vapores etílicos que despiertan los afanes protagónicos, plenamente consciente  de que el goce está en la creación y que es el tiempo el que pone a cada cual en su lugar.

Fue el Director Fundador de la Escuela Estatal de Artes Plásticas de San Luís Potosí y actualmente es el Director de la Licenciatura en Artes Plásticas y Visuales de Caftánrojo Colegio de las Artes.

En mi trabajo he volcado vivencias, sueños, todo aquello que no he podido dejar salir por medio de la palabra,  el agradecimiento al apoyo maravilloso de mi esposa Consuelo, así también al de los pocos amigos,  hablar de los pocos momentos alegres, de los muchos fracasos, tristezas, decepciones, lágrimas, del esfuerzo enorme por sonreír y querer ser el buen maestro, el amigo y trabajador de algo que me llene de satisfacción como individuo y comunique algo a quien lo vea.

No tengo una tendencia aunque alguien me ha colocado en alguna, me gusta hacer lo que necesito en cada momento aun cuando se me critique por ello, creo que cualquier cosa que realice lleva mi estilo, bueno o malo pero propio.