Farmacias de Especialidades Dermatologicas de México
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Descripción
La Dermatitis Atopica, también llamada neurodermatitis, es una de las enfermedades de la piel persistentes y recurrentes que se caracteriza por lesiones con enrojecimiento, comezón intensa, y frecuente resequedad en diferentes partes del cuerpo, que se presenta en episodios agudos, por tiempos e intensidad variables, y generalmente también con períodos “sanos” de duración variable.
Además se caracteriza por manifestar una reactividad muy alta de la piel a estímulos físicos e irritantes, y una mayor susceptibilidad a cierto tipo de infecciones cutáneas (como infecciones u hongos en la piel).
Anteriormente, se conocía a éste padecimiento como “Neurodermatitis”, ya que se demostró que éste tipo de piel tiene una reacción anormal en ciertos reflejos de la piel, debido a alteraciones en las terminaciones nerviosas sensitivas, que normalmente controlan, por ejemplo, la sudoración, la dilatación de los capilares o la secreción natural de las glándulas sebáceas de la piel.
Desgraciadamente, esto ha originado que se malinterprete como un padecimiento de origen psicológico o “nervioso”, y que, aún hasta la fecha, muchos de éstos casos se manejen inadecuadamente con sedantes, psicoterapia, etc.
Por eso, se ha podido demostrar la incidencia de reacciones alérgicas como causa de la gran mayoría de los casos con éste padecimiento, aunque se tiene que aclarar que existen muchos otros factores que influyen en la evolución y severidad de la dermatitis atópica.
En adultos puede seguir con predominio de pliegues, pero aparecen también en forma de lesiones fijas crónicas en diferentes partes del cuerpo, como el tórax, brazos o piernas y puede afectar también las manos, sobre todo en mujeres por contacto con algunas sustancias o materiales.
A veces estos periodos ceden solos si no son intensos, y no requieren medicamentos ó cremas especiales, aunque, la mayoría de las veces sí se necesitan. Estas recaídas pueden durar pocos días o mantenerse por tiempos muy prolongados–incluso por anos, dependiendo de la causa y de la severidad y extensión de las zonas afectadas en cada caso.
El Tratamiento varía según la edad y el grado de severidad, procurando controlar los brotes y actuando sobre los factores desencadenantes. El principio básico es prevenir la comezón, la resequedad y la inflamación de la piel.